¿Por qué el 21 de septiembre es el día del Alzheimer?

El Día Internacional del Alzheimer se celebra el 21 de septiembre desde 1994, una fecha establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Internacional de Alzheimer. Este día se escogió con el propósito de crear conciencia global sobre el Alzheimer y otras demencias, y para visibilizar tanto el impacto de esta enfermedad como las necesidades de las personas afectadas y sus familias.

El 21 de septiembre fue seleccionado estratégicamente, ya que marca el inicio del otoño en el hemisferio norte, una estación simbólica en relación con el ciclo vital, la madurez y el envejecimiento, aspectos íntimamente relacionados con el Alzheimer, que afecta principalmente a personas mayores.

Este día también se enmarca dentro del Mes Mundial del Alzheimer, que se conmemora durante todo septiembre, brindando más oportunidades para la sensibilización, educación y apoyo a nivel global sobre esta enfermedad neurodegenerativa que, hasta hoy, no tiene cura.

¿Cómo se puede retrasar el deterioro del Alzheimer?

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa progresiva, aunque existen varios medios y hábitos que pueden ayudar a retrasar su aparición o ralentizar su avance. No existe una cura, pero la investigación sugiere que ciertos estilos de vida pueden contribuir a proteger la salud cerebral y reducir el riesgo. Entre los enfoques más positivos para este objetivo se encuentran:

1. Estimulación cognitiva

  • Ejercicios mentales: Juegos de lógica, rompecabezas, lectura, escritura y aprender nuevas habilidades o idiomas pueden mejorar la plasticidad cerebral, ayudando a mantener la actividad de las funciones cognitivas.
  • Dispositivos interactivos, como los que integran rehabilitación cognitiva (similar a lo que ofrece la Pantalla Neuroactiva), son herramientas útiles para promover la memoria y la flexibilidad mental a través de actividades adaptadas a los niveles y capacidades de las personas.

2. Actividad física regular

  • Ejercicios regulares como caminar, nadar o practicar otro tipo de movimientos, favorece la circulación sanguínea en el cerebro, ayuda a reducir la inflamación y el estrés oxidativo, y promueve la liberación de factores neurotróficos que mejoran la supervivencia de las neuronas.
  • Además, mejora el estado de ánimo y el bienestar general, factores clave para mantener una mente sana.

3. Alimentación saludable

  • Dieta mediterránea: Rica en frutas, verduras, granos integrales, pescado, nueces y aceite de oliva, esta dieta ha sido asociada con una reducción del riesgo de enfermedades neurodegenerativas debido a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
  • Consumir alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, como el pescado azul, con efectos protectores para las células cerebrales.
  • Evitar el excesivo consumo de grasas saturadas, azúcares y alimentos procesados también es recomendable.

4. Mantener relaciones sociales activas

  • El contacto social frecuente y la interacción con familiares, amigos y comunidades reduce el riesgo de deterioro cognitivo, ya que fomenta la estimulación cognitiva y emocional. La participación en actividades grupales, juegos o proyectos es beneficioso.

5. Control de factores de riesgo cardiovascular

  • Mantener bajo control enfermedades como la hipertensión, la diabetes, el colesterol alto y el sobrepeso es esencial para la salud cerebral. Estos factores de riesgo se asocian con una mayor probabilidad de demencia, ya que afectan la circulación cerebral.
  • Dejar de fumar y limitar el consumo de alcohol favorece también la salud cerebral.

6. Sueño de calidad

  • Un sueño adecuado y reparador es vital, debido a que, durante el sueño profundo, el cerebro elimina residuos tóxicos, como la acumulación de beta-amiloide, una proteína implicada en el Alzheimer. Los trastornos del sueño están relacionados con un mayor riesgo de deterioro cognitivo.

7. Manejo del estrés y bienestar emocional

  • Técnicas de relajación, tales como la meditación, el yoga y la atención plena (mindfulness), pueden ayudar a reducir el estrés crónico, asociado con el deterioro cognitivo. Mantener un buen estado emocional reduce la exposición a hormonas del estrés que pueden dañar las células cerebrales.

8. Estimulación auditiva y visual

  • Mantener una buena salud sensorial, utilizando audífonos en personas con pérdida auditiva y corregir problemas de visión, es clave. La pérdida sensorial no tratada podría incrementar el riesgo de aislamiento social y deterioro cognitivo.

9. Educación continua

  • Mantenerse mentalmente activo mediante el aprendizaje continuo en cualquier etapa de la vida parece tener un efecto protector contra el Alzheimer. La educación formal y las actividades intelectualmente desafiantes contribuyen a una mayor reserva cognitiva.

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